L’Amour fou

Un director de teatro realiza una versión de la tragedia griega Andrómaca, en la que también interpreta el papel de Pirro. Durante los ensayos, la relación con su mujer comienza a deteriorarse, sobre todo cuando es reemplazada en la obra por su antigua amante.

Es formidable aquella idea de Rohmer según la cual ningún país sin una sólida literatura teatral y sin intérpretes bien formados en sus textos clásicos podría alcanzar un mínimo exigible en las encarnaciones de sus actores para el cine. Su otrora amigo y relevo en la jefatura de Cahiers du cinéma Jacques Rivette dedicó a probarlo las doce horas de Out One (1971) y antes L’Amour fou, perdida porque el negativo original ardió en 1973. La restauración, sublime, permite distinguir entre sus 16 y 35 mm según si se filman los ensayos de Andrómaca de Racine (con muchos planos de Michel Delahaye y de André S. Labarthe) o si se asiste, con Bulle Ogier y Pierre Kalfon, al desamor más grande del cine moderno. Álvaro Arroba