Bruno Gelber es un artista de fuste, pero además es obviamente un personajón, que combina gracia e inteligencia, y la película lo trata y lo retrata con sencillez y justeza. No hay nada rimbombante en esta silueta filmada, y esa es con seguridad la mejor manera de acercarse a una persona tan singular como Gelber. Ahora retirado de la comunicación masiva, durante décadas fue una figura presente en la televisión y en las revistas del ramo del espectáculo: Gelber concitaba el interés del público por muchas cosas y ahora vemos, gracias a la atención que la película pone sobre él, que es un guerrero tranquilo –y lo ha sido siempre, sobre todo en los duros tiempos de su niñez– que venció a la adversidad y logró ser genio. David Obarrio
