El ojo del monstruo

The Monster's Eye

Tonia regresa con su perro a su ciudad natal. Deambula por Formosa espiando a su familia, visitando amistades y buscando, sin éxito, lugares donde descansar. Una mañana, atraviesa el miedo y emprende el regreso a casa.

Con una vista de águila para los pequeños detalles, los breves parpadeos de evocación y belleza que alumbran las obras grandes que simulan ser pequeñas, la directora diagrama su mundo: tan lejos, tan cerca, ese mundo se revela con sus leyes propias, sus modos, la rebelión frugal que respira en la sombras, eternamente insatisfecha. La joven protagonista parece siempre a la vera de las cosas, en los márgenes de sí misma, a la espera de una realización plena que se le escapa. María Luján Ascúe obtiene de ella toda la vanidad y la bravura de las heroínas serenas, nacidas para una posteridad que acaso no alcance nunca a cobijarlas. El ojo del monstruo se conduce con la discreción aviesa de las bestias que han detectado a su presa. David Obarrio