Cuando todo arde

When Everything Burns

Isabel es rechazada por la brigada forestal a la que pertenece por atacar un desarrollo inmobiliario responsable de incendios forestales. Cuando decide continuar por su cuenta, se enfrenta a la soledad y la frustración, en un encuentro que cuestionará el sentido de su lucha.

“¿Querían fuego, mierdas?”, grita Isabel mientras lanza una molotov contra un cartel de “loteo de montaña”. La furia. Después, el otro fuego: el monte arde. Isabel sabe quién es el responsable. Y los demás brigadistas voluntarios también. Isabel es un personaje con enojo y moral de western; otra vez la excusa de la civilización para disfrazar la idiocracia con hijaputez ignífuga. Isabel es irreductible. Se adentra. El western sigue. Aparece la proeza de filmar la épica de las llamas, aparece otro cabezadura, y la pantalla respira, llena sus pulmones. De a poco, con solidez, con pisada moral y de género, el corto avanza, entiende que los tercos en el cine son una herida quirúrgica al mundo que quema. Juan Manuel Domínguez