Burger Song Challenge

La pobre presidenta de la clase participa en el Burger Song Challenge para poder comprar hamburguesas para sus amigos.

Chico rico, chica pobre. La votación para presidente de la clase, una clase cuya fruta favorita (¿no vieron Election, de Alexander Payne? Vean Election, háganse un favor) es la hamburguesa. Con esas premisas simples, un poco de Tim Burton al principio y mucho de disparate oriental todo el tiempo, Kim Min-ha arma una miniatura de comedia feliz, veloz, sagaz para explotar al máximo sus muchas ideas y hacer(se) pop. No todo lo que reluce en Burger Song Challenge son cucharones dorados o disfraces con forma de comidas rápidas: también –¡sobre todo!– hay una canción chiclosa y con altísima carga viral, quizás demasiada para ganar el segundo premio al que aspiran Ahin y los suyos. ¡Kukurupingppong! Agustín Masaedo