Un actor malo

Bad Actor

Dos actores se preparan para coprotagonizar una película dirigida por un prestigioso cineasta. Ambas carreras finalmente están en ascenso. Sin embargo, sucede algo terrible que amenaza a su vínculo y al rodaje entero.

Endiablada, incómoda, tensa, Un actor malo está cargada y recargada de vértigo, uno nada amable. Este es un vértigo violento que primero opera de forma centrípeta con un momento específico de un rodaje al que se vuelve una y otra vez en formato de policial de investigación. Más tarde, el vértigo violento se vuelve centrífugo, disparando más y más consecuencias. Un actor malo es uno de esos relatos que confían en las viejas enseñanzas de algunos grandes maestros del guion, de aquellos que –alejados del minimalismo como de la peste– podían escribir diálogos y más diálogos para atraparnos y aterrarnos, mientras ya habían puesto –seguramente tipeado con el orgulloso sonido de las teclas– un título especialmente significativo. Javier Porta Fouz