Bicho feo

Weirdo

Hermético y solitario, ante la falta de interacción con otras personas, un hombre desarrolla una particular relación con su lavarropas, descifrando palabras entre los sonidos repetitivos que este emite al funcionar, como si estuviera queriendo decirle algo.

Comunicarse puede ser muy difícil, a veces imposible. El joven protagonista sale de su casa solo cuando es necesario, y responde si no le queda otra opción. No hay mucho que lo motive, que lo emocione, nada interesante en el mundo a su alrededor. Pero no está solo. La relación que tiene con su lavarropas es profunda e íntima. Entenderlo y hablarle le resulta tan fácil como respirar. Son sinceros el uno con el otro, se comparten secretos y se extrañan. Pero ¿qué pasa cuando un día el lavarropas deja de funcionar? ¿Qué hará el protagonista para salvarlo a él y a su mundo que se acaba de derrumbar? La realidad ordinaria y monótona se torna en Bicho feo en un pequeño viaje surrealista. Azul Obarrio